Ideas preconcebidas sobre la psicoterapia

Hoy quería hablaros de algunas ideas muy extendidas en nuestra sociedad acerca de acudir a psicoterapia.

La primera, y es algo que se oye frecuentemente, con pequeñas variantes es “ no necesito ir al psicólogo porque hablo con mis amigos y me aconsejan”. Es bastante probable que hayas oído a alguien conocido decir algo similar. ¡Pero hacer psicoterapia y acudir a un psicólogo no tiene nada que ver con eso! Compartir con tus amigos lo que te preocupa es genial y muy positivo. Pero los psicólogos no damos consejos, sino herramientas para afrontar dificultades y situaciones complejas. Te acompañamos en un proceso de autoconocimiento. No tenemos respuestas ni soluciones universales, pero si la formación necesaria para ofrecer tratamientos psicológicos personalizados que reducen el malestar emocional, propician cambios personales a nivel conductual y mental, mejoran las relaciones interpersonales y en definitiva aumentan el bienestar de las personas.

Otra idea que está muy extendida es “Si voy al psicólogo tendré que hablar de cosas que no quiero compartir”. En mi práctica y entre los profesionales que conozco, esa no es la manera de trabajar que utilizamos.En psicoterapia tú decides los temas de los que quieres hablar en sesión, los psicólogos no vamos a forzarte para que hables de algún tema que no quieres o no estés preparado para compartir. Puede ser que pasadas unas sesiones te sientas cómodo y quieras compartirlo, pero si no es así y quieres guardar ese tema en privado no vamos a incomodarte pidiéndote hablar de ello. Para que la psicoterapia de sus frutos es necesaria confianza y respeto, y para ello a menudo se requiere de tiempo.

La última idea que quiero comentaros hoy es también muy habitual y seguramente os haya rondado por la cabeza alguna vez: “No quiero que mi familia sepa que voy a un psicólogo”. A menudo las personas sienten que van a ser juzgadas por su entorno si acuden a terapia. Me entristece pensar que a día de hoy aún haya reticencias a la hora de ir al psicólogo. Si notáramos algún problema en nuestra salud física, pasados unos días seguramente iríamos al médico para que nos atendiera. Sería genial que tuviéramos el mismo planteamiento con nuestra salud mental. Si crees que acudir a psicoterapia puede ayudarte, quizás no hace falta que lo compartas con tu entorno si aún no te sientes preparado.La psicoterapia es un espacio para ti, no dejes de pedir ayuda profesional si la necesitas.

Hay muchas prejuicios y mitos alrededor de los psicólogos, las terapias y la salud mental, en otro /blog te hablaré de algunas más. Mientras tanto, te animo a que seas curioso y te informes sobre ello, para descubrir que creencias tienes tu acerca de la psicoterapia.

La primera visita

La primera visita tiene una duración aproximada de una hora, puede ser que contigo acabemos un poco antes o que nos alarguemos un rato más, eso depende de cada persona. Lo más importante de esta primera visita es conocernos. Que te sientas cómodo/a y a gusto conmigo, porque esto afectará al clima de confianza y seguridad que necesitamos para la terapia. En este primer día, hablaremos del motivo que te trae a consulta y te haré preguntas sobre diferentes ámbitos de tu vida. A continuación, si te parece bien, responderás a un cuestionario para que yo pueda recoger más información sobre otros aspectos de ti, de tu vida y de tus relaciones. Todo ello me ayuda a orientar el trabajo terapéutico que haremos. Una vez hemos acabado con las preguntas y el cuestionario a mí me gusta aclarar algunos aspectos de la psicoterapia, así las dos partes sabemos qué derechos y compromisos tenemos cada una, puesto que este proceso es cosa de dos. De esta manera nos hacemos una idea de cómo será el camino que empezamos juntas. Al final de la sesión hablaremos de la regularidad de las visitas y de otros aspectos más prácticos. En general, recomiendo que las primeras visitas sean semanales y poco a poco ir espaciándolas en el tiempo, pero siempre lo pactaremos entre las dos partes teniendo en cuenta tu situación particular, tu disponibilidad, recursos económicos, etc. Antes de acabar es el momento de preguntar cualquier duda que tengas. Si te has sentido cómoda y con confianza quedaremos para la próxima visita. Si todo va bien saldrás de la primera visita con la sensación de estar empezando un camino en el que encontrarás más conciencia y bienestar en tu vida.

Dolor crónico y psicoterapia

Como podemos imaginar, el dolor crónico tiene consecuencias en diferentes ámbitos de la vida de las personas que lo sufren, no solamente en su cuerpo. Es posible que haya una disminución de la vida social,  que se requieran bajas laborales, dificultades en las relaciones personales, dificultades económicas derivadas de tratamientos, entre otras.

El dolor origina a la persona malestar emocional (rabia, culpa, desesperación), pensamientos desagradables y tensión física, y estas emociones y pensamientos junto a la tensión corporal pueden aumentar a su vez el dolor. Es por ello, que podemos decir que existe una psicomodulación del dolor.

En psicoterapia podemos abordar el dolor mediante distintas técnicas:

Las técnicas de reestructuración cognitiva nos permiten modifican pensamientos automáticos, creencias falsas o distorsiones de la realidad.

Las técnicas de relajación nos ayudan a disminuir la tensión corporal ayudando a reducir el dolor y promoviendo la relajación del cuerpo.

El mindfulness o atención plena para trabajar la aceptación del dolor y disminuir la evitación.

Las técnicas para promover la asertividad, debido a que las personas sienten mucha incomprensión en sus relaciones personales trabajamos la comunicación y la forma de poner límites sanos.

Como ves, existe un abanico muy amplio de intervenciones que podemos llevar a cabo cuando una persona sufre dolor crónico. Que nos refiramos a él como crónico no quiere decir que no podamos hacer nada para mejorar la calidad de vida de aquellos que viven con él