La psicoterapia es una forma de tratamiento basada en la relación que se establece entre un/una psicoterapeuta, es decir un profesional formado y entrenado para evaluar y promover cambios psicológicos, y la persona que acude a su consulta.
Para mí, la psicoterapia es un espacio íntimo, un lugar seguro para el autoconocimiento, un espacio creativo para poder probar y experimentar nuevas formas de pensar, sentir y vivir, es decir un espacio para el aprendizaje. También un lugar de autocuidado, donde apoyarnos y sostenernos cuando lo necesitemos.
El objetivo de la psicoterapia es mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de cambios en sus pensamientos, creencias, sentimientos o conductas a los que se llega a través del autoconocimiento. De esta forma, los pacientes pueden encontrar recursos en sí mismos para resolver sus problemas y obtener un mayor grado de bienestar y felicidad.
En psicoterapia integradora humanista utilizamos diferentes técnicas y ejercicios para trabajar las dificultades que trae la persona: técnicas de fantasía, ejercicios psicocorporales, arteterapia, dramatizaciones, role-playing, técnicas de relajación, intervenciones cognitivas o pautas conductuales entre otras. Estas técnicas y ejercicios facilitan que la persona tenga mayor conciencia de algún aspecto/matiz de su vivencia o sufrimiento que no era evidente para ella y facilitan conectar con nuestro cuerpo y emociones, para vivirnos de manera más integrada, saludable y comprensiva.
La aplicación de estas técnicas, junto con una buena relación terapéutica, nos permite conseguir, dentro del contexto psicoterapéutico, cambios psicológicos que permitirán a la persona incrementar su bienestar dentro y fuera de la consulta.
Trabajo de forma personalizada, no hay recetas universales, puesto que cada persona tiene una historia vital única, una situación actual particular, un estilo de personalidad, unas necesidades concretas, y todo ello nos hace únicos.
Cada sesión dura aproximadamente una hora. Suelo proponer una frecuencia semanal o quincenal, pero depende de cada persona y de sus circunstancias. No obstante, sí que aconsejo que al menos las primeras tres visitas las hagamos de forma semanal. Hacer las primeras sesiones semanalmente nos permite realizar una valoración, poder establecer objetivos y crear una buena relación terapéutica. La duración del proceso también es variable según la persona, pudiendo oscilar de unas pocas sesiones (incluso pueden ser a modo orientativo) a meses o incluso años si así lo deseas y te es útil.