Psicología humanista

¿Qué es la psicología humanista?

La psicología humanista nació en las décadas de los años 50 y 60 como respuesta a las dos corrientes de psicología establecidas en ese momento, el conductismo y el psicoanálisis, por eso muchas veces se le llama la “tercera fuerza”.

La psicología humanista tiene influencias sociales y culturales (desanimo después de la Segunda Guerra Mundial, Guerra fría, descontento de los movimientos contraculturales de los años 60) filosóficas (humanismo, existencialismo y la fenomenología) y psicológicas (psicología existencial y psicología fenomenológica).

Surgió cómo una visión alternativa del ser humano a las que proporcionaban las otras dos escuelas de psicología. Hay que apuntar que la psicología humanista no buscaba ser una escuela o modelo que rechaza a las otras dos corrientes psicológicas sino complementarlas.

Algunos conceptos teóricos y filosóficos de la psicología humanista son:

  • La psicología humanista es constructivista: defiende que existe una realidad objetiva que solamente podemos conocer a través de la subjetividad de la persona. Es decir, la realidad puede interpretarse de diferentes modos.
  • Entiende que el ser humano vive en una realidad sistémica: las personas somos un conjunto de elementos conectados entre sí, cuando un elemento cambia, los demás también lo hacen. Y a su vez, vivimos inserto en otros sistemas (familiar, laboral, social, etc.)
  • El ser humano es parcialmente libre: no solamente somos capaces de responder a estímulos de forma reactiva, sino que tenemos un margen de elección y responsabilidad en nuestras vidas.
  • La psicología humanista tiene especial interés por cuestiones específicamente humanas: la creatividad, las metamotivaciones, la autorealización, el amor…)
  • Considera que las personas son únicas e irrepetibles.
  • Tiene una concepción holista: entiende a las personas como un todo global, y no cómo la suma de sus partes.

Quizás te suenen algunos los representantes e iniciadores de esta corriente: Abraham Maslow (creador de la pirámide de Maslow), Carl Rogers (Terapia centrada en la persona), Rollo May (dilema del hombre)…pero hay muchos otros autores que contribuyeron.

Dentro de la psicología humanista podemos englobar modelos psicoterapéuticos muy variados: Análisis Transaccional, Terapia de la Gestalt, Psicodrama, Psicosíntesis, Psicoterapia Integradora Humanista entre muchos otros.

Bibliografia:

Rosal, R y Gimeno-Bayon, A. (2013). Cuestiones de psicología y psicoterapias humanistas. Lleida: Milenio.

Martorell, J. L. y Prieto, J. L. Fundamentos de Psicología, Ed. C. A. Ramón Areces, Madrid, 2008

El duelo

Llevamos ya más de un año atravesando esta pandemia y en este tiempo han sido muchas las personas que han vivido la pérdida de familiares, amigos o conocidos, es por ello que la muerte ha estado más presente en nuestras vidas. El duelo es un proceso natural, no es una enfermedad ni es patológico. El duelo es la respuesta a una pérdida, habitualmente pensamos en la muerte de un ser querido, pero también podemos vivir un duelo por la pérdida de un trabajo, de un hogar, de un país o de una pareja. El duelo es el proceso de adaptarnos a nuestra realidad sin aquello que hemos perdido.

El duelo, pese a que tiene unas características comunes en la mayoría de las personas es un proceso único para cada uno de nosotros. Es por ello que necesitamos respetar nuestras necesidades y nuestros tiempos.

Es un tema común en psicoterapia, y con la pandemia, todavía más. Durante meses todos aquellos que hemos perdido a un ser querido no nos ha sido posible, o de manera muy restringida, celebrar ceremonias, velatorios o funerales para despedirnos y eso a veces puede conllevar que los duelos se compliquen. Todos los rituales para despedir a una persona, sean de la naturaleza que sean, religiosos o no, en familia o en soledad, nos pueden ayudar a aceptar que esa persona ya no está.

En nuestra sociedad la muerte es todavía un tema tabú, y como todo tema del que no se habla, se crean mitos y miedos en torno a ella. Hablar de ella, compartir cómo nos sentimos y hablar de nuestras pérdidas cuando lo necesitemos es beneficioso para nosotros, nuestro entorno y en definitiva para nuestra sociedad.

Si estás viviendo un proceso de duelo y crees que necesitas acompañamiento psicoterapéutico, te animo a buscar ayuda de un profesional.

Las emociones

Todos sabemos lo que son las emociones hasta que nos piden definirlas, y ahí es donde se complica la cosa. Hoy vengo a contarte un poco más sobre ellas. Conocer nuestro mundo afectivo nos conecta con nosotros mismos y puede ayudar a vivir con mayor bienestar.

Pero ¿Qué son las emociones? Según la terapia basada en inteligencia emocional de Nathalie Lizeretti las emociones son procesos psicofisiológicos complejos. Podemos decir que son experiencias afectivas intensas, pasajeras, bruscas, agudas y con una fuerte respuesta somática. Las emociones orientan nuestros comportamientos y nos movilizan hacia nuestros objetivos.

Y los sentimientos, ¿qué pasa con ellos? A diferencia de las emociones los sentimientos son más duraderos, más estables, menos intensos y tienen un menor componente somático.

Las emociones son adaptativas, nos ayudan a comprender el mundo y las necesitamos para sobrevivir. Pese a que nos parezca extraño no hay emociones buenas ni malas, pues todas son necesarias. Pueden ser eso sí, agradables o desagradables.

Pese a que entre los expertos hay algunas desavenencias sobre qué emociones existen, muchos coinciden en que podemos nombrar cuatro emociones básicas: la rabia, la tristeza, el miedo y la alegría. Estas cuatro emociones son la respuesta psicofisiológica a estímulos externos (aunque también internos). ¡Veamos cada una de ellas!

El miedo es la respuesta emocional a un peligro y nos sirve para preservar nuestra vida.

La rabia responde a un daño hacia nosotros y nos ayuda a aceptar nuestros propios límites y los ajenos.

La tristeza es nuestra respuesta ante una pérdida y nos enseña los límites de la vida.

La alegría responde a un estimulo de satisfacción y nos permite comprender el valor propio y el de los demás.

Pero que nos pasa cuando no conectamos con alguna de las emociones, cuando no nos permitimos sentirla o expresarla, cuando consideramos que este mal sentir…pues que dejamos de lado nuestro sistema emocional, uno de muchos (cognitivo, corporal, social, …) y por lo tanto no usamos un recurso muy potente para vivir más presentes.

En otra entrada os hablaré de la inteligencia emocional, cómo nos ayuda a identificar nuestras emociones, a vivirlas de forma más consciente y qué hacer con ellas para que nos movilicen hacia nuestras metas y logros.

Ideas preconcebidas sobre la psicoterapia

Hoy quería hablaros de algunas ideas muy extendidas en nuestra sociedad acerca de acudir a psicoterapia.

La primera, y es algo que se oye frecuentemente, con pequeñas variantes es “ no necesito ir al psicólogo porque hablo con mis amigos y me aconsejan”. Es bastante probable que hayas oído a alguien conocido decir algo similar. ¡Pero hacer psicoterapia y acudir a un psicólogo no tiene nada que ver con eso! Compartir con tus amigos lo que te preocupa es genial y muy positivo. Pero los psicólogos no damos consejos, sino herramientas para afrontar dificultades y situaciones complejas. Te acompañamos en un proceso de autoconocimiento. No tenemos respuestas ni soluciones universales, pero si la formación necesaria para ofrecer tratamientos psicológicos personalizados que reducen el malestar emocional, propician cambios personales a nivel conductual y mental, mejoran las relaciones interpersonales y en definitiva aumentan el bienestar de las personas.

Otra idea que está muy extendida es “Si voy al psicólogo tendré que hablar de cosas que no quiero compartir”. En mi práctica y entre los profesionales que conozco, esa no es la manera de trabajar que utilizamos.En psicoterapia tú decides los temas de los que quieres hablar en sesión, los psicólogos no vamos a forzarte para que hables de algún tema que no quieres o no estés preparado para compartir. Puede ser que pasadas unas sesiones te sientas cómodo y quieras compartirlo, pero si no es así y quieres guardar ese tema en privado no vamos a incomodarte pidiéndote hablar de ello. Para que la psicoterapia de sus frutos es necesaria confianza y respeto, y para ello a menudo se requiere de tiempo.

La última idea que quiero comentaros hoy es también muy habitual y seguramente os haya rondado por la cabeza alguna vez: “No quiero que mi familia sepa que voy a un psicólogo”. A menudo las personas sienten que van a ser juzgadas por su entorno si acuden a terapia. Me entristece pensar que a día de hoy aún haya reticencias a la hora de ir al psicólogo. Si notáramos algún problema en nuestra salud física, pasados unos días seguramente iríamos al médico para que nos atendiera. Sería genial que tuviéramos el mismo planteamiento con nuestra salud mental. Si crees que acudir a psicoterapia puede ayudarte, quizás no hace falta que lo compartas con tu entorno si aún no te sientes preparado.La psicoterapia es un espacio para ti, no dejes de pedir ayuda profesional si la necesitas.

Hay muchas prejuicios y mitos alrededor de los psicólogos, las terapias y la salud mental, en otro /blog te hablaré de algunas más. Mientras tanto, te animo a que seas curioso y te informes sobre ello, para descubrir que creencias tienes tu acerca de la psicoterapia.

La primera visita

La primera visita tiene una duración aproximada de una hora, puede ser que contigo acabemos un poco antes o que nos alarguemos un rato más, eso depende de cada persona. Lo más importante de esta primera visita es conocernos. Que te sientas cómodo/a y a gusto conmigo, porque esto afectará al clima de confianza y seguridad que necesitamos para la terapia. En este primer día, hablaremos del motivo que te trae a consulta y te haré preguntas sobre diferentes ámbitos de tu vida. A continuación, si te parece bien, responderás a un cuestionario para que yo pueda recoger más información sobre otros aspectos de ti, de tu vida y de tus relaciones. Todo ello me ayuda a orientar el trabajo terapéutico que haremos. Una vez hemos acabado con las preguntas y el cuestionario a mí me gusta aclarar algunos aspectos de la psicoterapia, así las dos partes sabemos qué derechos y compromisos tenemos cada una, puesto que este proceso es cosa de dos. De esta manera nos hacemos una idea de cómo será el camino que empezamos juntas. Al final de la sesión hablaremos de la regularidad de las visitas y de otros aspectos más prácticos. En general, recomiendo que las primeras visitas sean semanales y poco a poco ir espaciándolas en el tiempo, pero siempre lo pactaremos entre las dos partes teniendo en cuenta tu situación particular, tu disponibilidad, recursos económicos, etc. Antes de acabar es el momento de preguntar cualquier duda que tengas. Si te has sentido cómoda y con confianza quedaremos para la próxima visita. Si todo va bien saldrás de la primera visita con la sensación de estar empezando un camino en el que encontrarás más conciencia y bienestar en tu vida.

Dolor crónico y psicoterapia

Como podemos imaginar, el dolor crónico tiene consecuencias en diferentes ámbitos de la vida de las personas que lo sufren, no solamente en su cuerpo. Es posible que haya una disminución de la vida social,  que se requieran bajas laborales, dificultades en las relaciones personales, dificultades económicas derivadas de tratamientos, entre otras.

El dolor origina a la persona malestar emocional (rabia, culpa, desesperación), pensamientos desagradables y tensión física, y estas emociones y pensamientos junto a la tensión corporal pueden aumentar a su vez el dolor. Es por ello, que podemos decir que existe una psicomodulación del dolor.

En psicoterapia podemos abordar el dolor mediante distintas técnicas:

Las técnicas de reestructuración cognitiva nos permiten modifican pensamientos automáticos, creencias falsas o distorsiones de la realidad.

Las técnicas de relajación nos ayudan a disminuir la tensión corporal ayudando a reducir el dolor y promoviendo la relajación del cuerpo.

El mindfulness o atención plena para trabajar la aceptación del dolor y disminuir la evitación.

Las técnicas para promover la asertividad, debido a que las personas sienten mucha incomprensión en sus relaciones personales trabajamos la comunicación y la forma de poner límites sanos.

Como ves, existe un abanico muy amplio de intervenciones que podemos llevar a cabo cuando una persona sufre dolor crónico. Que nos refiramos a él como crónico no quiere decir que no podamos hacer nada para mejorar la calidad de vida de aquellos que viven con él

Nuevos hábitos

¿Por qué quieres adquirir un nuevo hábito?

A menudo cuando hablamos de nuevos hábitos nos centramos en el cómo, pero hoy nos centraremos en el ¿POR QUÉ?

¿Por qué quieres adquirir un nuevo hábito saludable o dejar un hábito perjudicial? Porque sabes que hacer ejercicio es sano, porque muchas gente medita media hora antes de ir a trabajar y les va genial, porque conoces a alguien que ha cambiado su alimentación y se siente mejor…. Te propongo que pienses en tu ¿por qué? Dedica un par de minutos a pensarlo…¿Cuál es el motivo por el que quieres adquirir ese hábito?…puede ser que hayas pensado algo parecido a “tengo que hacer más ejercicio..”, “es que hay que comer sano…”, “debo dormir más horas…”

Es importante conocer nuestro ¿por qué?, ya que muchas veces es una obligación, un debería, un “tengo que…” y esas razones a medio y largo plazo son muy difícil de sostener pues no van acompañadas de motivación.

Hacer un cambio de conducta o adquirir una nueva puede resultarnos muy difícil puesto que para que se lleve a cabo interfieren el proceso nuestros pensamientos, emociones, motivaciones.

SABER que realizar un nuevo hábito saludable o eliminar uno perjudicial es algo bueno para ti no es lo mismo que QUERER hacerlo. En psicoterapia podemos ayudarte a ser consciente de tus pensamientos, sentimientos y motivaciones relacionadas con ese hábito para que puedas llegar a implementarlo en tu vida.