Las emociones

Todos sabemos lo que son las emociones hasta que nos piden definirlas, y ahí es donde se complica la cosa. Hoy vengo a contarte un poco más sobre ellas. Conocer nuestro mundo afectivo nos conecta con nosotros mismos y puede ayudar a vivir con mayor bienestar.

Pero ¿Qué son las emociones? Según la terapia basada en inteligencia emocional de Nathalie Lizeretti las emociones son procesos psicofisiológicos complejos. Podemos decir que son experiencias afectivas intensas, pasajeras, bruscas, agudas y con una fuerte respuesta somática. Las emociones orientan nuestros comportamientos y nos movilizan hacia nuestros objetivos.

Y los sentimientos, ¿qué pasa con ellos? A diferencia de las emociones los sentimientos son más duraderos, más estables, menos intensos y tienen un menor componente somático.

Las emociones son adaptativas, nos ayudan a comprender el mundo y las necesitamos para sobrevivir. Pese a que nos parezca extraño no hay emociones buenas ni malas, pues todas son necesarias. Pueden ser eso sí, agradables o desagradables.

Pese a que entre los expertos hay algunas desavenencias sobre qué emociones existen, muchos coinciden en que podemos nombrar cuatro emociones básicas: la rabia, la tristeza, el miedo y la alegría. Estas cuatro emociones son la respuesta psicofisiológica a estímulos externos (aunque también internos). ¡Veamos cada una de ellas!

El miedo es la respuesta emocional a un peligro y nos sirve para preservar nuestra vida.

La rabia responde a un daño hacia nosotros y nos ayuda a aceptar nuestros propios límites y los ajenos.

La tristeza es nuestra respuesta ante una pérdida y nos enseña los límites de la vida.

La alegría responde a un estimulo de satisfacción y nos permite comprender el valor propio y el de los demás.

Pero que nos pasa cuando no conectamos con alguna de las emociones, cuando no nos permitimos sentirla o expresarla, cuando consideramos que este mal sentir…pues que dejamos de lado nuestro sistema emocional, uno de muchos (cognitivo, corporal, social, …) y por lo tanto no usamos un recurso muy potente para vivir más presentes.

En otra entrada os hablaré de la inteligencia emocional, cómo nos ayuda a identificar nuestras emociones, a vivirlas de forma más consciente y qué hacer con ellas para que nos movilicen hacia nuestras metas y logros.